Anoche cenamos con
una pareja de empresarios muy especiales y a los que queremos mucho,
muchísimo.
L@s d@s han pasado
por las mejores Universidades e Instituciones académicas y de hecho ella es una altísima ejecutiva en
una de las 10 mejores Business Schools del mundo.
En mitad de la cena
mi amigo me dió una clase sobre como minimizar riesgos y asegurar el futuro de
tu fábrica contra un enemigo inesperado pero presente y me dio permiso para
contarlo, a cambio de aclarar que esto no lo había aprendido en la London Business
School, sino en la calle.
En Navidad toda la
plantilla de su empresa juega al mismo número de la lotería: imaginad lo que
pasaría si de repente les tocara el gordo.
A cada decimo ganador
le tocan unos 300,000 euros, una suma considerable para un empleado “mileurista”:
descontando lo que se lleva el Sr. Montoro, son unos 20 años de sueldo.
Lo normal pues, si
te toca el gordo, es celebrarlo el día 22, el día 23, el día 24, …
Pero si le toca a
TODA la plantilla, el absentismo laboral que se generaría seria del tamaño de
la Catedral de Burgos.
Para minimizar este
riesgo (bajo, pero existente) mi amigo y dueño de la fábrica compra el doble de
billetes de la serie del mismo número que compran sus empleados: de este modo,
si tocara el gordo, él recibiría suficiente dinero como para no preocuparse
si la fábrica cerrara unos días o para siempre.
Genial, ¿verdad?
Gracias por la clase, amigo (y por la cena)
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