Quiero compartir mi experiencia con ipad/Galaxy desde los dos puntos de vista, al ser docente muchas veces y alumno unas cuantas también.
De hecho acabo de finalizar un curso en Madrid donde había cargado en mi Ipad todo el material lectivo (Business cases, artículos, notas, etc.) y mientras mis colegas iban de un lado a otro con un enorme carpetón, yo tenia que preocuparme de llevar sólo mi Ipad, con aplicaciones como I-Annotate que te permite tratar los PDFs como documentos de papel, tomando nota, subrayando, etc., con el añadido que puedes compartir también estas notas y subrayados con otros "peers".
Al estar conectado en el áula, podía hacer malabarismos, desde consultar wikipedia para entender un término como "moral hazard" a ver los últimos datos sobre el fondo de endowement de la Universidad de Yale (cuyo caso estábamos discutiendo) o consultar datos útiles para los trabajos de grupo.
Naturalmente el profesor estaba encantado con todo esto: si tus alumnos tienen una herramienta poderosa entre sus manos, más vale que la utilicen, ampliando el alcance de una clase normal hasta límite impensados.
En una clase reciente como docente, pedí a los alumnos que hicieran experimentos "sociales" como que utilizaran en su trabajo de grupo a un "avatar" externo, es decir a un "experto" que les ayudara en resolver un problema complejo, conectado con ellos a través de la red.
En otra sesión pedí a los alumnos un "pitch" construido en red a través de twitter, para además fomentar la práctica de ir al grano y ser ejecutivo y un largo etcetera.
Como profesor, en mi Ipad ya tengo todos mis apuntes, mis casos ... y me he olvidado de papeles y apuntes; mis libros son kindle y ya tengo una buena colección que siempre va conmigo, igual que mis fotos, mí música, y mis vídeos.
Una clase interactiva, además, es muy divertida, para todos: mismos casos, misma teoría pero con una puesta en escena que permite aplicar la ley de Metcalf a tope, ampliando la discusión y la aportación muy fuera del aula.
Nosotros no competimos con el profesor Google: nuestra presencia física en clase es lo que lo hace verdaderamente potente.
Abrazos,
Antonio
De hecho acabo de finalizar un curso en Madrid donde había cargado en mi Ipad todo el material lectivo (Business cases, artículos, notas, etc.) y mientras mis colegas iban de un lado a otro con un enorme carpetón, yo tenia que preocuparme de llevar sólo mi Ipad, con aplicaciones como I-Annotate que te permite tratar los PDFs como documentos de papel, tomando nota, subrayando, etc., con el añadido que puedes compartir también estas notas y subrayados con otros "peers".
Al estar conectado en el áula, podía hacer malabarismos, desde consultar wikipedia para entender un término como "moral hazard" a ver los últimos datos sobre el fondo de endowement de la Universidad de Yale (cuyo caso estábamos discutiendo) o consultar datos útiles para los trabajos de grupo.
Naturalmente el profesor estaba encantado con todo esto: si tus alumnos tienen una herramienta poderosa entre sus manos, más vale que la utilicen, ampliando el alcance de una clase normal hasta límite impensados.
En una clase reciente como docente, pedí a los alumnos que hicieran experimentos "sociales" como que utilizaran en su trabajo de grupo a un "avatar" externo, es decir a un "experto" que les ayudara en resolver un problema complejo, conectado con ellos a través de la red.
En otra sesión pedí a los alumnos un "pitch" construido en red a través de twitter, para además fomentar la práctica de ir al grano y ser ejecutivo y un largo etcetera.
Como profesor, en mi Ipad ya tengo todos mis apuntes, mis casos ... y me he olvidado de papeles y apuntes; mis libros son kindle y ya tengo una buena colección que siempre va conmigo, igual que mis fotos, mí música, y mis vídeos.
Una clase interactiva, además, es muy divertida, para todos: mismos casos, misma teoría pero con una puesta en escena que permite aplicar la ley de Metcalf a tope, ampliando la discusión y la aportación muy fuera del aula.
Nosotros no competimos con el profesor Google: nuestra presencia física en clase es lo que lo hace verdaderamente potente.
Abrazos,
Antonio