El Círculo de Empresarios acaba de publicar un
documento sobre el crecimiento económico visto desde las empresas Españolas: la
clave reside en un entorno de libertad de empresa y en la
cultura de los ciudadanos, a lo que debe acompañar la acción de las autoridades
económicas.
Es deseable que el crecimiento económico estable y
sostenido se apoye en tres pilares fundamentales: democracia, economía de
mercado e imperio de la ley y el Círculo de Empresarios considera que la
inmensa mayoría de empresas de nuestro país cumplen una función social
altamente apreciable, crean riqueza y empleo y desarrollan su actividad siempre
en el marco de la legalidad.
Como CEO y Chief Optimistic Officer de CEOE
Internacional, comparto aquí su resumen ejecutivo: creo que TOD@S debemos
aportar nuestro granito de arena en esta dirección.
RESUMEN
EJECUTIVO
Crecer es producir más y a una relación
calidad-precio que permita vender esa producción a más consumidores, nacionales
o extranjeros. Para crecer necesitamos exportar más, además de ser los
productores, en la mayor medida posible, de todo aquello que consumimos dentro
de España. Y para ello no valen los proteccionismos, sólo el ser competitivos.
No parece discutible que la internacionalización es
la base para salir de la crisis y para lograr un crecimiento sostenido. Y los
países emergentes conocen bien esta lección: el aparente milagro de Brasil,
Rusia, India, China o Turquía consiste en que en los últimos 30 años han
multiplicado sus exportaciones per cápita por entre 7 y 80 veces; lo cual ha
permitido que su renta per cápita se multiplique por entre 5 y 30 veces. Y no
es casual que los países más desarrollados del mundo sean también grandes exportadores;
o que la propia España lograra entre los años 60 y 80 su mayor prosperidad
reciente: el impulso a la exportación gracias a la llegada de capital extranjero
y la explosión del turismo fueron los protagonistas del despegue.
¿Qué hacemos bien hoy y en qué necesitamos mejorar
en internacionalización?
Somos un país muy endeudado, pero muchas cosas
van bien, más de las que creemos:
El
crecimiento de las exportaciones (+22% entre 2007 y 2012) y la contracción de
importaciones (-10% entre 2007 y 2012) pueden permitir que en 2013 eliminemos
nuestro crónico déficit por cuenta corriente.
El
saldo de inversión directa neta de empresas españolas en el extranjero ha pasado
de ser negativo en 90.000 millones de euros hace una década a ser positivo en
16.000 millones de euros en 2011. Ello supone un flujo significativo de rentas
que vuelven a España.
Los
turistas internacionales que nos visitan siguen aumentando, y permiten que
España mantenga su liderazgo en el sector (segundo país del mundo y primero de
Europa en ingresos por turismo internacional). Liderazgo muy meritorio, dada la
fortísima apuesta por este sector de la mayoría de potencias emergentes, cuyos
operadores turísticos gozan de costes (inmobiliarios y salariales)
incomparablemente más bajos que los españoles.
Tenemos
empresas líderes en servicios (banca minorista, telecomunicaciones, ingeniería,
infraestructuras, energía, seguridad…) y en donde la presencia internacional
supera la nacional (en el conjunto de empresas del IBEX más del 60% de los
ingresos proviene del exterior).
En
el campo más vulnerable a la competencia asiática, las manufacturas, tenemos
empresas de primera fila que muestran que podemos competir con éxito, dentro y
fuera de España.
También
en bienes de equipo tenemos claros ejemplos de dinamismo, competitividad e
internacionalización.
Tenemos
un tejido empresarial mediano que, aunque no goza de la suficiente visibilidad,
ha crecido desde la entrada en el euro y ha permitido crear empleo.
Aunque en España no tenemos más de 25.000 empresas
con más de 50 empleados, tenemos unas 40.000 empresas que exportan
regularmente.
Desde
1999 el número de empresas españolas ha crecido un 27%, incremento centrado en
las medianas y grandes empresas internacionales. Y hemos creado 1,7 millones de
empleos.
España
es el segundo país del mundo con más escuelas de negocios en el top 25 mundial
después de EEUU, contando con tres: IESE y ESADE en Barcelona e IE en Madrid.
En 2012, cerca del 90% de sus estudiantes de MBA fueron extranjeros.
Aunque tenemos también asignaturas pendientes de
cara a la
internacionalización:
Clarifiquemos
conceptos. La inversión (especialmente la tendente a la exportación) crea
empleo y el empleo crea consumo. Primero va la inversión, luego el empleo y
luego el consumo. No invirtamos los términos.
Aunque
el tamaño óptimo dependa del sector, es necesaria para la exportación una masa
crítica mínima, generalmente coincidente con la empresa mediana. Y tenemos un
déficit de ellas frente a Alemania, Francia u Holanda.
No
producimos la cantidad de investigación, desarrollo e innovación que necesitamos,
aunque estamos mejorando.
Crecimiento
económico desde la perspectiva de la empresa española
Debemos
facilitar el desarrollo de los sectores industriales nacionales, que cuentan
con empresas de mayor tamaño y son la principal fuente de I+D y de exportación.
Para
competir en coste es necesaria flexibilidad laboral (hemos avanzado), salarios
razonables acordes a la productividad (el salario mínimo en España no es alto
pero las cotizaciones sociales son elevadas), pero también evitar estímulos que
desincentiven el empleo.
Otros
costes que se pueden modular desde una perspectiva macroeconómica son:
financiero (disciplina fiscal del Estado como base para recuperar la credibilidad
y reducir la prima de riesgo), fiscal (reducir esta carga requiere profesionalizar
y reducir la Administración), regulatorio (unidad de mercado y reducción de
barreras a la creación de empresas).
Los
costes de producción chinos suben, y los españoles están bajando. Si optimizamos
los costes españoles y somos capaces de mantener la industria manufacturera
española a pesar de la competencia emergente, en unos diez años seremos
competitivos. Si la dejamos morir, no podremos recuperarla.
La
planificación de la educación es básica para que se adapte a las necesidades productivas
del país (excesiva población universitaria sobre-capacitada para la labor que
realizan y falta de formación profesional especializada).
El conocimiento de idiomas es condición necesaria
para la internacionalización. Pero sólo un 20% de la población adulta en España
habla inglés (frente al 85% en Holanda, 55% en Alemania, 35% en Francia…).
Del
mismo modo que necesitamos desarrollar el conocimiento de otros idiomas,
debemos también impulsar las ventajas derivadas de la presencia y atractivo de
nuestro idioma, nuestro patrimonio cultural y nuestro talento y capacidades
artísticas en el mundo.
Necesitamos
una Administración Pública eficiente, más reducida y volcada en el fomento de
la actividad exterior; y ello requiere su profunda reforma.
Una comparación de España con el gran exportador
europeo, Alemania, muestra
que en Alemania hay muchas más empresas medianas y grandes (dan empleo a un 60%
de los empleados totales, frente al 40% en España), que habla inglés casi el triple
de gente que en España, que la inversión en I+D es doble en relación con el PIB
y que tienen una fuerza laboral más acorde a las necesidades reales de su
economía, con un porcentaje de universitarios muy inferior (28% de ocupados con
educación superior -con mucho acento en la Formación Profesional especializada-
frente al 38% aquí).
Parece claro que hay bastante que hacer. Empezando
por imitar los muy buenos ejemplos que ya tenemos en casa.
El presente documento del Círculo de Empresarios
recoge una serie de propuestas para la definición de un nuevo modelo de
crecimiento para España que le permita ser una economía competitiva en
2020. Algunas de las propuestas han sido recientemente tratadas por el Círculo
de Empresarios, otras lo serán en documentos y actividades venideros.
Esencialmente proponemos:
Facilitar
el desarrollo de los sectores industriales. Para ello se propone impulsar el
tamaño empresarial y reducir los costes operativos (energéticos, logísticos y laborales)
y burocráticos.
Fomentar
la I+D+i: más recursos y mejor uso de los que tenemos. Más “i” de innovación
aplicada. Que la empresa sea el cliente del investigador.
Planificar
la educación. Prioridad a los idiomas desde edades tempranas, potenciación de
la formación profesional especializada, mayor selección y exigencia en la
formación universitaria.
Facilitar
la financiación. Disciplina fiscal del Estado como base para reducir la prima
de riesgo y el crowding-out (desplazamiento del sector privado por el sector
público). Paralelamente, desarrollo de mercados alternativos a la financiación
bancaria, para cotizadas y no cotizadas.
Reducir
otros costes (regulatorios, fiscales, inmobiliarios y corporativos).
Mejorar
el entorno socio-económico. Distintos ámbitos de actuación: política de
inmigración; demografía (fomento de la natalidad); cultura (responsabilidad,
trabajo, justicia y proyecto común frente a la queja, subsidio, corrupción e
individualismo), uso de internet como impulso de la productividad, fomento del
espíritu empresarial, calidad institucional.
Avanzar
con Europa. España no puede entenderse sino integrada en un proyecto europeo
común que debe ir a más tanto en el aspecto económico como político.
Aprovechar
nuestras fortalezas (calidad de vida, clima, idioma, infraestructuras,
localización geoestratégica, sistema sanitario…) para atraer inversión, talento
y consumo exterior. España debe ser la Florida de Europa, sin renunciar a ser
también su California.