lunes, 13 de septiembre de 2010

El silencio

A veces el silencio es la mejor respuesta, la mejor decisión.

Cuantas veces nos hemos arrepentido por responder demasiado de prisa, sin reflexionar lo suficiente, sin medir las consecuencias de nuestras palabras.

Me refiero sobre todo a las consecuencias emocionales: cuantas veces hemos hecho daño innecesariamente a seres queridos, empleados nuestros y ajenos, al camarero que nos sirve un café frío y paga nuestro mal humor o nuestra frustración por un trabajo que no nos gusta, por una promoción que dieron a otr@, por sentirnos incomprendidos e infravalorados.

Si seguimos infelices en nuestra vida y en nuestro trabajo, la culpa es solo nuestra y es un castigo que merecemos, si somos concientes de ello.

Solo cuando la vida te da un toque importante en la salud sueles darte cuenta de ello y que no hay nada en el mundo que merezca tanto la pena para que vivamos una no-vida, en un trabajo que no nos apasiona, que no es la realización de un sueño.

Antes de contestar pensemos, dejemos para el día siguiente las respuestas importantes. Dejemos que el que hable sea lo mejor de nosotr@s.

Si no tenemos nada interesante que decir, callemonos: todo el mundo nos lo agradecerá.

Les dejo con unos consejos que les vendrán muy bien, seguro.


1 comentario:

  1. Antonio particularmente me quedo con esta frase que me encantó: "No se vayan a dormir, sin tener algo en que soñar".

    Saludos,

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